Hígado Graso o Esteatosis hepática.

El hígado es el órgano más grande dentro del cuerpo. Es de vital importancia dentro del funcionamiento del cuerpo humano, su daño severo puede llegar a causar la muerte. Posee una serie de funciones significativas, como la transformación de alimentos en energía, elaboración de proteínas, almacenamiento de vitaminas, hierro. Además elimina el alcohol y las distintas sustancias toxicas que se encuentren en la sangre, almacena sangre y ayuda a la construcción de anticuerpos, también crea factores de la coagulación, lo que ayudan a detener hemorragias. Asimismo, produce bilis, un líquido amarillo verdoso que favorece la digestión de los alimentos, sumando el hecho que gran parte de la fabricación del colesterol es tarea del hígado. También un gran porcentaje de los nutrientes que son absorbidos por el intestino pasan primero por este órgano.

Cuando el porcentaje de grasa del hígado aumenta, transformando los tejidos sanos en fibrosos, se le conoce como hígado graso o esteatosis, el cual no presenta inflamación o cicatrices; por sí mismo es una falencia inofensiva, lo que no causaría ningún daño importante en el hígado, pero si llega a evolucionar, si se producirían daños severos. La aparición del hígado graso puede deberse al consumo excesivo y prolongado de alcohol, causa que generalmente se consideraba como primordial en la aparición de dicha falencia.

En años actuales se han producido otras causas, casos en los que no se presenta alcohol en el hígado, se denomina hígado graso no alcohólico (HGNA), el cual tiene relación con el sistema metabólico del cuerpo: puede provocarlo la resistencia a la insulina, significa que el organismo no procesa bien el azúcar que se consume, lo que produce un exceso de azúcar en la sangre, la que se acumula en forma de grasa, ya que así éste órgano suele almacenar energía cuando se produce un exceso de ésta. También puede provocarlo la diabetes, la hipertensión, el colesterol alto, los casos de obesidad o el aumento del sobrepeso de la población, asociadas estás con el consumo excesivo de grasas y azúcares. Otras causas posibles tienen relación con la desnutrición del individuo o que haya sufrido una pérdida de peso grave.

Un problema importante del hígado graso (HGNA) es que no produce síntomas por sí mismo, lo que significa que en la mayoría de los casos es asintomático, por ello se puede definir como una enfermedad “silenciosa”, la cual puede dañar el hígado por años o décadas sin ser diagnosticado. En algunas ocasiones las personas con hígado graso pueden sentir fatiga crónica, como también presentar dolor o malestar en la parte superior derecha del abdomen, donde se encuentra el hígado, o molestia y una sensación de pesadez después de las comidas. Esta patología puede presentar tres etapas; el primer paso es la acumulación de grasas en el hígado, lo que podría ser seguido con una inflamación de este órgano. En la última etapa se puede producir fibrosis hepática, lo que puede progresar a una cirrosis o, en casos muy extremos y poco frecuentes, se podría producir cáncer al hígado.

No se debe dejar que el hígado se dañe hasta el punto en que sea tarde un tratamiento para mejorar, teniendo consecuencias muy graves, llegando al punto de una cirrosis crónica. Es por ello que se debe tener cuidado, los siguientes medicamentos son muy buenos para lograr la mejoría del hígado graso. De manera básica se debe aumentar los ejercicios físicos, a por lo menos 3 veces a la semana; cambiar la dieta a una más saludable, disminuyendo el consumo de azúcar, aumentando el consumo de frutas y verduras, que, además de nutrir el cuerpo sanamente, permite que la persona disminuya su peso, mejorando la resistencia a la insulina; como también la abstención del consumo del alcohol y de medicamentos innecesarios, para ayudar a que el hígado no trabaje de más.

Para limpiar el hígado se puede consumir gotas hepáticas , especializadas para ayudar al hígado. El consumir Cardo Mariano ayuda impidiendo que las toxinas ingresen a las células a través de modificaciones a nivel celular y aumentando la síntesis proteica estimulando la generación de hepatocitos y de esta manera contribuyendo a la regeneración del hígado. La alcachofa ayuda a reducir el colesterol de la sangre, como también ayuda a disminuir el exceso de azúcar, lo que prevendría la aparición del hígado graso; también pueden consumirlo personas con problemas hepáticos, ya que ayuda a estimular las células del hígado, igualmente ayuda a la digestión de las comidas, por lo que es beneficioso para todas las personas. La lecitina de soya tiene poderes similares, ya que ayuda al movimiento de las grasas y el colesterol, no dejando que se acumule en las arterias, esto ayudaría a reducir el colesterol; posee vitaminas del grupo B, como la colina, que ayuda a evitar las grasas acumuladas en el hígado, el ginseng rojo también ayuda a eliminar toxinas. Igualmente podría servir el consumo de la clorofila , la que depura el cuerpo, ayudando a tener un organismo más equilibrado, incita al organismo en la cicatrización de los tejidos, además de desintoxicar el organismo, lo que ayudaría en la tarea del hígado.


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Nota: Le recomendamos que siempre consulte a su médico, terapeuta u otro profesional de la salud. La información presentada en este artículo es meramente informativa y no debe utilizarse para diagnosticar o tratar ningun enfermedad.




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